Barichara, conocida como “la niña de los ojos de Colombia”, es un pueblito tricentenario que seduce con su aroma a calidad de vida. Este lugar, considerado por muchos como el pueblo más hermoso del país, invita a disfrutar de una experiencia única, donde el tiempo no vuela, sino que pasa lentamente. 

Barichara Nocturna/ Imágenes Revista Viernes Cultural/ Buscacityco

Al caer la noche, Barichara se transforma en un refugio de tranquilidad y belleza. Las calles empedradas, iluminadas suavemente por la luz de los faroles, crean una atmósfera mágica. El canto de los colibríes y el susurro del viento entre los árboles son parte de una banda sonora natural que acompaña cada paso. Este es el lugar ideal para desconectar, disfrutar del silencio.

Barichara Nocturna/ Imágenes Revista Viernes Cultural/ Buscacityco

Un retiro soñado

Mis días en Barichara han sido un verdadero descubrimiento. Imaginando un retiro soñado, me visualizo acunado en una colorida hamaca, rodeado de los sonidos de la naturaleza que me envuelven en una experiencia de serenidad. Aquí, el jugo de mil frutas tropicales se convierte en el elixir de la vida eterna, y cada rincón del pueblo es un testimonio de su historia y cultura. Barichara, cuyo nombre significa “Lugar para el descanso” en el antiguo lenguaje de los guanes.

Barichara Nocturna/ Imágenes Revista Viernes Cultural/ Buscacityco

Hospedados en Color de Hormiga

Una de las mejores decisiones de mi viaje fue elegir Color de Hormiga como nuestro hospedaje. es

El restaurante de Color de Hormiga es famoso por su especialidad: las hormigas culonas, un ingrediente que sorprende y deleita a quienes están dispuestos a explorar la gastronomía local. Jorge, con su creatividad culinaria, ha llevado este plato a nuevas alturas, convirtiendo a su restaurante en una parada obligatoria para quienes visitan la región. La experiencia de disfrutar de una comida al aire libre, con vistas espectaculares del paisaje, es simplemente inigualable.

Barichara Nocturna/ Imágenes Revista Viernes Cultural/ Buscacityco

Lo de Color de Hormiga proviene de la especialidad culinaria de su restaurante, las hormigas culonas, capaces de dar sabor a las comidas como nadie se hubiese imaginado. De hecho Jorge es el creador de la salsa de hormiga culona, la cual aplica con maestría en sus platos.

A muchos nos puede parecer raro cocinar con hormigas, pero para los santandereanos (que no santanderinos) es una tradición que viene de muy lejos en el tiempo y de la que se sienten muy orgullosos. El propio restaurante, Color de hormiga, al que ya vale la pena acudir por sus tremendas vistas, aparece bien destacado en la guía Lonely Planet, cosa que el propio dueño conoció cuando el libro ya llevaba varias ediciones. No tardaré en hablaros en este blog de una experiencia «color de hormiga», porque reconozco que me planteé desde el principio abrir el paladar para adaptarme a los gustos locales.

Barichara Nocturna/ Imágenes Revista Viernes Cultural/ Buscacityco

Explorando Barichara y su Historia

Bajar el sendero de tierra roja que nos conecta con el centro del pueblo es una aventura en sí misma. A medida que nos acercamos, la fisionomía de Barichara se despliega ante nuestros ojos: casas blancas con techos de teja roja, puertas y ventanas pintadas de colores vibrantes, y un entorno natural que complementa su arquitectura colonial.

Barichara Nocturna/ Imágenes Revista Viernes Cultural/ Buscacityco

Fundada en 1705, Barichara fue un punto de encuentro para la cultura guane y posteriormente se convirtió en un importante centro colonial. Su historia está impregnada en cada esquina, cada piedra de sus calles, que han sido testigos de siglos de vida y tradición. Conocido como Monumento Nacional, el pueblo ha comenzado a atraer a viajeros de todo el mundo, y no es difícil entender por qué. Cada visitante que llega se marcha con un pedazo de Barichara.

Barichara Nocturna/ Imágenes Revista Viernes Cultural/ Buscacityco

Una Experiencia Transformadora

A medida que la noche avanza, el cielo se llena de estrellas y el pueblo cobra vida con el suave murmullo de la conversación y el sonido de la risa. Barichara es un lugar donde el tiempo se detiene, permitiéndonos reflexionar y disfrutar de la belleza de la vida, de esta localidad, orgullo de Santander.

En este rincón de Colombia, encontró no solo un destino turístico, sino un espacio para rejuvenecer el espíritu. Barichara, con su encanto nocturno y su rica historia, es sin duda un pueblo que invita a conocerlo y disfrutarlo.

En Barichara no hay que buscar grandes monumentos ni nada parecido. Ese no es, ni mucho menos, el objetivo del que viaja hasta este bello pueblito. Su secreto está en la conservación de sus calles y viviendas tricentenarias, la capacidad demostrable de no dejar que el tiempo corra ni los relojes funcionen con la presión de un vengativo minutero. Lo mejor que se puede hacer es departir alegremente con los baricharas o patiamarillos, pasear sin rumbo u observar la sencillez de unas casas cuyas puertas están permanentemente abiertas (es significativo en un país en el que los medios de comunicación de todo el mundo cuestionan constantemente su seguridad). Nada más… y nada menos.

Con la cámara en la mano y el Sol con su constante y fogosa compañía, recorrimos cada recoveco de un pueblo amable, de ritmo relajado que afortunadamente (y espero que por mucho tiempo) no se ha vendido a la mediocridad de ser impersonal. Barichara tiene carácter y sus labios dibujan sonrisas a los siempre bien recibidos caminantes. Aunque ciertamente aquí nadie es foráneo o extraño, es un huésped más de la que puede ser una de las banderas de ese acertadísimo lema de Turismo de Colombia que asegura que «el riesgo es que te quieras quedar». Suscribo cada letra al tiempo que saboreo un refrescante jugo tropical.

Barichara Nocturna/ Imágenes Revista Viernes Cultural/ Buscacityco

Las fotografías, idénticas a las que podrían haberse hecho hace diez, cincuenta o cien años (salvo cuando se cuela algún vehículo moderno), retratan Barichara sin la justicia de lo que pueden ver unos ojos cuando se dirigen a su hermosa y cálida sencillez.

EL CAÑÓN DEL CHICAMOCHA

Barichara lo utilizamos como base para algunas excursiones por la zona. Las opciones son múltiples, sobre todo teniendo tan cerca a San Gil, la capital colombiana de los deportes extremos (Rafting, escalada, parapente, etc..) o el trepidante Valle del Chicamocha, donde los ríos cicatrizan un paisaje vertiginoso. Precisamente nos desplazamos a este último en el coche de unos amigos de Jorge. El Parque Nacional del Chicamocha permite a sus visitantes asombrarse de unas vistas de impresión. A pesar de que que hay una parte de pago más parecida a un parque de atracciones (entrada 13.000 pesos) que a otra cosa, uno se siente un punto minúsculo dentro de una panorámica bestial que se puede disfrutar algo más lejos y sin pagar, o teniendo que llevar la mano al bolsillo y costearse los 38.000 pesos colombianos que cuesta hacer uno de los mejores teleféricos de Sudamérica.

Revista Viernes Dedica su Edición 101 a Barichara: “Barichara Nocturna: La Joya de Santander que Encanta al Visitante”

La Revista Viernes ha lanzado su edición número 101, y esta vez se centra en uno de los destinos más encantadores de Colombia: Barichara . Titulada “Barichara Nocturna” 

Barichara, conocida como “la niña de los ojos de Colombia”, es famosa por su arquitectura colonial, sus calles empedradas y su ambiente acogedor. La edición explora la rica historia de este lugar, donde el tiempo parece detenerse y la calidad de vida se vive en cada rincón. A través de sus páginas, la revista invita a los lectores a sumergirse en la experiencia única que ofrece Barichara, especialmente al caer la noche.

La edición de la revista explora cómo este pueblo se transforma al caer la noche, iluminándose con una suavidad que invita a pasear y perderse en sus calles empedradas.

No te la pierdas

Con hermosas fotografías y relatos de este encantador pueblo de Santander.

La edición 101 de la revista destaca cómo Barichara cobra vida al caer la noche. Las luces tenues de los faroles iluminan las calles, y el ambiente se llena de la música suave de los restaurantes y el murmullo de los visitantes que disfrutan de la gastronomía local. Los autores de la revista han logrado capturar la esencia de este pueblo, donde el tiempo se detiene y cada momento se convierte en una experiencia mágica.

Un viaje a lo auténtico

La revista ofrece una mirada profunda a la vida nocturna de Barichara, presentando a los lectores las mejores opciones para disfrutar de una cena romántica o una noche de charlas con amigos. Entre las recomendaciones, se encuentra el restaurante Color de Hormiga , famoso por su propuesta culinaria innov.Hormigas culonas, un plato que representa la rica tradición gastronómica de la región.

Los artículos también destacan la importancia de la comunidad local, que juega un papel fu.

Explorando la Historia y la Cultura

Además de su belleza escénica, Barichara es un lugar rico en historia y cultura. La revista detalla la fundación del pueblo en 1705 y su evolución a lo largo de los siglos. La Iglesia de Santa Bárbara , uno de los íconos arquitectónicos del pueblo, es un testimonio del legado colonial que se respira en cada esquina.